Todo gira, todo cambia... no hay que olvidar todo lo que uno ha aprendido o vivido hasta este punto. Todo han sido prefacios. Todo han sido llaves para entender el claro del inicio de una serie escrita. ¿Quieres saber la verdadera historia de Crónicas de Krakauer?
Todo comenzó a mitad del 2009, en una calurosa tarde de
verano, sin mucho en lo que pensar, decidí pensar. En un principio creé catorce
ideas fundamentales sobre las que trabajar. Creé catorce mini-capítulos, sobre
los que un día, a principios de 2010, decidí comenzar a desarrollar en forma de
serie escrita.
Las crónicas de Krakauer ha sido la primera serie escrita
propulsado con tal fin. Hoy en día ya son más de mil los lectores que han disfrutado con ella, que han sentido y padecido.
Mi último fin no es el de escribir un libro, ni el de tener
millones de lectores. Mi último fin es sencillo, y radica en un sentimiento
interno de la niñez. Durante toda la vida, las personas no tenemos momentos
para disfrutar de uno mismo, y los pocos momentos que tenemos cuando somos niños, los vamos
perdiendo. Han sido a cientos de personas a los que se les ha preguntado cual
era su momento favorito del día, y la mayoría han respondido similar:
"-Cuando me acuesto en la cama, y empiezo a pensar en mil cosas para conciliar
el sueño- Las miles de aventuras que me imagino antes de dormir- Al despertar y
ver que todavía me puedo quedar un rato en la cama para soñar despierto-
Despertar después de un sueño que me guste, y poder tener tiempo para alargarlo
despierto-"… y muchas otras respuestas similares.
Es ahí donde radica el sentimiento interno de la niñez,
donde podemos disfrutar. Yo simplemente pretendo crear momentos y aventuras,
para que luego vosotros os alejéis del duro día y podáis conciliar el sueño,
viviendo aventuras de nuestros personajes, metiéndoos en un mundo diferente,
espiritual, salvaje; metiéndoos en las crónicas de Krakauer.
Aquí os pongo las catorce ideas que me impulsaron a la
creación de este mundo paralelo, que os voy contando semana tras semana en un
corto capítulo, y de los que pretendo, disfrutéis.
Idea 1:
Y su furia le hizo abrir la boca, como nunca la había
abierto hasta ahora. Un sordo grito sacó el dragón que llevaba dentro. El
dragón tiñó el agua de rosa. Deslumbró con sus ojos diamantinos. Ella se arrodilló.
Ahora tenía al dragón. Ahora podía dominar al mundo. Pero, pero el dragón
saltó, abrió la boca, la boca más grande nunca vista. Sólo necesitó un minuto
para tragarse a la bella poderosa.
Idea 2:
En ocasiones las luchas resultan desiguales para alguno.
Gato-ratón. Camaleón-grillo. Halcón-paloma. Oso-salmón. Dragón rosa-hombre. Tan
sólo acaba de comenzar su cacería y ya lleva ganadas 173 batallas. 173 víctimas
humanas entre sus fauces.
Idea 3:
Y él se encargará de que todos volvamos a la nada. ¿Todavía
hay gente que se pregunta cómo lo hará? Ineptos. Todo el mundo conoce la fuerza
de las fauces del dragón rosa. Pocos creen que puedan ser el siguiente. Pocos
se revelan. ¡A saber cuanto tiempo estaremos de brazos cruzados! ¡A saber
cuanto tiempo va a durar esta exclusión del mundo. Quiero correr, pero no
quiero ser el siguiente alimento que tome.
Idea 4:
Nunca subestimes el poder de un enemigo, puede llegar a
shokear. Nunca subestimes el poder de un amigo, siempre te shokea.
Siempre que el dragón rosa quiera, comerá cabezas humanas.
Id a comprar el pan. Aprovechad ahora que el dragón rosa hace la digestión.
Idea 5:
Ni siquiera está comprobado que la mayor magia pueda
terminar con el dragón rosa. Lo intentaremos con polvos mágicos, baritas del
poder, e incluso con el hombre de la mano negra. Esperemos que no sean pasto de
diente, como el resto de humanos. ¿Cómo lo haría aparecer la creadora?
Todos volvemos al origen.
Idea 6:
Días de escondite. Días sin comer. Días de terror. Puede que
quedando pocos, el dragón rosa se debilite.
Idea 7:
Puede que la soledad no sea tan mala. Muchos han arriesgado
para irse. Muchos son ya presa
del dragón rosa. ¡Voy a salir!¡Voy a correr!
El dragón me ha visto. Me persigue. Escucho el sonido amargo
de sus pasos.
Ya casi he llegado a mi meta.
Idea 8:
Por mucho que uno lo intente no siempre consigue llegar al
fin de los pasos. No pensé que un dragón rosa pudiese correr más rápido que yo.
Ya casi he llegado al nuevo escondite. Ahora pelean dentro de mí muchos
pensamientos. Quizás la vida no esté en la huida, sino en la lucha, ¿Giro y me
enfrento al dragón?
Idea 9:
Ya no me quedan palabras, igual es porque éstas están
llegando a su fin. ¿Quién sabe? No somos nadie.
Idea 10:
Uno puede pasarse horas sentado mientras espera, pero cuando
se levanta y sigue adelante, ya no hay marcha atrás. Seré uno de los últimos
hombres en morir, pero no por luchar más, sino por esconderme mejor. Aún se me
congela la mente cuando recuerdo lo cerca que estuve la última vez que salí.
Ahora el dragón rosa sabe donde me escondo, la espera se hace más dura...
¿Cuánto tardará en venir a por mi?
Idea 11:
Ya llevo mucho tiempo esperando, encerrado. He perdido las
fuerzas. No se cuanto más podré aguantar. Aquí dentro sólo me queda el
pensamiento. No quiero seguir a solas con mi cabeza. Me vuelvo loco. He
arrancado el chapado de la cocina y del baño. Mis dedos sangran. No sé que
hacer. Esta situación de locura puede conmigo. Sino me mata el dragón rosa lo
hará la locura que ha venido a vivir conmigo, y ahora se ha instalado en mi
cuerpo.
Idea 12:
¿Cómo terminar con esto cuando la amargura de los días se ha
tornado locura? Quiero salvarme, pero, ¿de que sirve? Todo el mundo está
destruido. No se cuanta gente quedará, sólo sé que seremos pocos los supervivientes.
Mientras intento convivir con mi locura, el dragón rosa sigue matando y
comiendo. ¡Ya está bien!¡No aguanto más! Este estado de shock continuo puede
conmigo, mientras escribo me tiembla todo, en estos días el único líquido que
he visto ha sido la bilis que vomito, cada vez en menos espacio de tiempo. Mis
manos huesudas, han adoptado forma de gancho y no dejan de vibrar.
Solamente busco una salida desesperadamente, no puedo seguir
con este peso de desfallecimiento al que me es cada vez más difícil soportar.
He subido a la azotea. ¡No! Es horroroso todo lo que veo,
edificios destruidos, polvo, soledad. A lo lejos veo brillar ese rosa, el rosa
de la muerte.
Llegado aquí, sólo me quedan dos opciones, saltar al vacío o
echarme hacia atrás y buscar la manera de vencer. Pienso. Ya escribiré lo que
decida. Pasa el tiempo tic-tac tic-tac.
Idea 13:
...¡saltar al vacío!
Idea 14:
¡Ayuda!¡Ayuda!
Siento un fuerte dolor en el pecho. No fue buena idea saltar
desde la azotea. Estoy polvoriento. No tengo fuerzas para levantarme. ¡No! Por
un instante había olvidado todo, pero ya lo veo de nuevo. El dragón rosa ruge
desde el final de la calle. Tengo que levantarme, pero no puedo. Es tanto el
dolor. Es tanto el cansancio, ya. Estoy rodeado de ruinas.
No lo había notado, pero un hierro ha desgarrado mi pierna.
Ahora lo noto. Ahora noto las punzadas del dolor. ¡Aaaaaaaaargh! El dragón rosa
me mira desde lejos, fijo, con sus fríos ojos diamantinos.
Después de unos minutos.
El dragón rosa avanza hacia donde estoy yo. Abre sus fauces.
Noto como tiembla el suelo. Mi final está cerca. Mi final está a diez metros.
Nueve. Ocho. Ya siento el dolor de los colmillos por todo mi cuerpo.
¡No me rendiré! ¡Aaaaargh! Oscuridad. No veo nada. Me duele
el pecho. Abro los ojos. No doy cuenta a lo que veo. El dragón rosa. El dragón
rosa ha muerto.
En el último momento de desesperación estiré la pierna y los
más de dos metros de hierro que me atravesaban, ahora también atraviesan al
dragón.
No comprendo nada, tanto tiempo, tanta lucha, tanto intento
de deshacerse el mundo del dragón rosa, sin solución, sin un intento verdadero
y la solución siempre estuvo ahí. Lo único que hacía fatal para matar al dragón
rosa era la misma determinación que lo creó.
Todo derruido.
Náufrago de la tierra. Náufrago de los escombros.
F.B.
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